Aún quedan días de verano

About This Project

El mar ha fascinado al ser humano desde el principio de su existencia. Solemos evocar el sonido de sus olas cuando queremos relajarnos. Nos fascina el mar por su misterio, su fuerza poderosa, su belleza siempre cambiante. Cuando estamos cerca de él, nos sentimos conectados a todas las cosas. Cuando estamos cerca del mar, el tiempo se detiene. La inmensidad de su perfil ondulante y azul ejerce sobre nosotros una sensación indescriptible de bienestar desde el mismo instante en que lo vemos, oímos o sentimos.

Yo encuentro ese momento de calma siempre cerca del mar, en la conocida como Costa de la Luz, en las infinitas playas de El Palmar, Los Caños y Zahora en Cádiz. Pero también he encontrado esa sensación en lugares como Oliva, y en la no muy lejana Villa Joyosa en Valencia. Todos estos lugares son el paisaje en el que pequeños personajes anónimos descansan, serenos, y disfrutan de la tranquilidad. Cualquiera podríamos ser uno de ellos disfrutando de esos grandes espacios de agua y arena, donde el silencio se apodera de la escena y nos envuelve en una especie de atmósfera de bienestar.

Esto es lo que he querido generar con este proyecto, dar un pedacito de la paz interior que yo siento en esas playas kilométricas para que quien vea las fotografías pueda, por un instante, aislarse del mundanal ruido. Supongo que todos, de alguna manera, encontramos ese momento de calma en algún lugar; el mío, estará siempre cerca del mar.

Category
Photography